jueves, 7 de enero de 2010

"Mi confrontacion con la docencia"

“Mi Confrontación con la Docencia”

Por azares del destino inicio mi labor docente en el 2001, con bachillerato, si se dan cuenta no contaba con preparación profesional, la plaza me la heredo mi mamá ella falleció, trabajaba en el nivel de primaria, pero por mi perfil me dieron una clave inicial de preescolar, así mismo inicié mi formación profesional en ese mismo año en la UPN.
En los primeros días de septiembre me dieron mi orden de adscripción, en el trayecto de los tramites deseaba que se prolongaran, pero no fue así, me dieron mi orden y me presente a la jefatura de sector, en esa oficina me extienden mi orden para la zona escolar 714 de Tuzamapan de Galeana, inicio mi labor docente en esta zona asignada para trabajar en el preescolar de Paso del Jardín.
Iniciar esta experiencia y sin tener conocimientos del cómo trabajar en este nivel y cómo tratar a los niños fue muy complicado por consiguiente no estaba satisfecha con ser docente, pero no había de otra, imposible renunciar, si lo hacia era como darle la espalda a mi papá y en ese tiempo no era racional hacer eso por los momentos difíciles que se atravesaban, por lo que después de un tiempo decidí enfrentar la realidad en la que estaba inmersa.
Decidí tomarle sentido, ubicarme en lo que estaba haciendo, para ello recurrí a varias fuentes informativas que me guiaron para ir desempeñándome en el ámbito educativo, empezar por analizar los materiales de educación preescolar, e ir descubriendo la forma de trabajo, fueron de gran ayuda los talleres, los comentarios de las compañeras en especial de una que me apoyo incondicionalmente, así mismo las teorías que contenían las antologías de UPN significaron mucho para mí, en esta institución me formé, comencé a reflexionar a analizar y a entusiasmarme en este quehacer docente.
Jamás me imagine estar frente a un grupo de niños, pues mi vocación de ser maestra no me pasaba por la mente, empecé a experimentar quizá como muchos que no somos docentes de carrera, pero sin embargo nos hemos seguido preparando y al paso del tiempo fui descubriendo el amor por la docencia, pues es una labor muy sacrificada y que ahora no es valorada por la sociedad como hace años, donde el maestro era respetado como tal, claro son nuevas generaciones y nuevos intereses tanto del ser humano como de la sociedad en general.
Porque el trabajo docente presenta retos específicos, no es una tarea sencilla, ya que recibimos a los niños y niñas con expectativas y miedos diversos, nuestra principal misión es crear un clima cálido y seguro que favorezca este primer acercamiento a la escuela y que les permita adquirir confianza, apoyo y soporte, de tal manera que en la escuela establezcamos un ambiente propicio para aprender, dónde los niños se sientan en confianza, seguros y respetados para preguntar, opinar y expresar sus ideas sobre lo que conocen, saben hacer y sienten.
Por tanto es importante proponer las actividades más adecuadas a sus necesidades educativas, que los coloquen efectivamente en situaciones de aprendizaje, es decir, en verdaderas oportunidades para aprender y desarrollarse armónicamente.
Sin duda alguna al desarrollar esas oportunidades de aprendizaje, nos permite evaluar nuestra acción docente, verificar si realmente las situaciones didácticas han dado los resultados esperados, si es así nos sentimos satisfechos.
Pero dentro de ese largo recorrido se nos presentan situaciones imprevistas que en ocasiones obstaculizan algunas actividades planeadas, y nuestros propósitos no se logran satisfactoriamente.
Durante este tiempo que llevo implicada en esta actividad he tenido más satisfacciones que tropiezos, sin embargo, día con día es necesario que cada uno de nosotros reflexionemos sobre nuestra actividad docente y de esta manera ir construyendo nuestra identidad profesional.

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