lunes, 15 de febrero de 2010

¿El aprendizaje es algo tan trivial que se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?

Definitivamente el concepto de aprendizaje es algo complejo, debe quedar atrás esta concepción cuando se consideraba que el aprendizaje se adquiría en el momento mismo en que el alumno era capaz de repetir lo que el maestro señalaba, y se pensaba que el alumno aprendía en la medida en que se convertía en un repetidor de contenidos, en el que era muy factible utilizar cuestionarios para observar y medir el aprovechamiento de los alumnos, actualmente no lo podemos medir con base a unas simples preguntas porque estaríamos cayendo en un aprendizaje no significativo en algo discursivo y memorístico, por tanto no estaríamos cumpliendo las expectativas del nuevo modelo educativo en el que tenemos que desarrollar competencias para la vida movilizando los saberes y no solo contenidos como se hacía en el conductismo o como los manejábamos en el plan y programa anterior de preescolar, el de bloque de juegos y actividades. Los contenidos deben ir más allá de una simple reproducción de conductas.
Porque el aprendizaje significativo incluye no solo la adquisición de conocimientos mediante la acción, sino también de habilidades y actitudes que pueden hacerse evidentes y que además involucran la formación del mismo individuo. Hay una estrecha relación con el aprendizaje situado, puesto que, cuando hablamos de situar el aprendizaje, implica favorecer el descubrimiento por parte del estudiante, de su verdadero interés por aprender algo, ya que en este sentido el alumno tendrá posibilidades reales de construir conocimientos que tengan resultados significativos. Es aquí donde las estrategias de enseñanza como docentes surgen con gran relevancia, pues el planificar contenidos que sean útiles y prácticos para nuestros alumnos, es un reto; ubicarlos en situaciones problemáticas reales de la vida cotidiana o global y obtener soluciones y aprendizajes significativos, como docentes somos guía y nuestro deber es estar al lado de ellos para aprender también y reflexionar de los errores y los éxitos.
Por tanto no debemos confundir a la evaluación en una simple medición, la evaluación es mucho más compleja e integral ya que el proceso formativo de los alumnos va más allá de un saber hacer, puesto que tiene expectativas necesidades e intereses.

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